La disciplina del diseño está saturada de elementos miméticos que nos eximen de pensar acerca del sentido de nuestro trabajo. El modelo que presenta más éxito es el que podríamos denominar “karaoke design”.
Hablar de responsabilidad y ética en el diseño está necesariamente ligado al cultivo del pensamiento y al aprendizaje de una forma regular y sistemática. Diseñar ética y responsablemente es activar nuestra mente y actualizar continuamente nuestros modos de pensar.
Según Howard Gardner (1) hay cinco tipos de mentes (modos de pensar) que deberíamos cultivar los diseñadores:
1. mente disciplinada
que domine las principales formas distintivas del pensar como son la ciencia, la matemática, la tecnología y el pensamiento histórico, artístico y filosófico.
2. menta sintética
ante el aumento y complejidad de la información, debe ser capaz de resumirla con precisión, de forma productiva, es decir, de hacer que sea útil. Esto exige un pensamiento de carácter interdisciplinario.
3. mente creativa
estimular nuestra capacidad de cuestionarnos todas las cosas con nuevas preguntas, estimulando en los otros la capacidad de sorpresa.
4. mente respetuosa
fomentar la tolerancia con los otros, sus ideas y sus actos. Aprender a convivir y a valorar nuestras diferencias como un hecho positivo.
5. mente ética
planteando el mundo en el que nos gustaría vivir. Promoviendo los valores constructivos y de respeto. Los diseñadores podemos inspirar positivamente en la creación de objetivos responsables.
La verdad es que deberíamos poder darle la vuelta a esta lista, y así, el primer aspecto a considerar sería el ético, es decir, tener en cuenta el mundo en el que nos gustaría vivir; luego actuar con el mayor respeto posible, con nuestros compañeros, socios y clientes; después, cuestionarnos de la forma más creativa todos nuestros encargos; tratando de clarificar todos los elementos del proyecto, para que sean precisos y útiles; y finalmente utilizar nuestra disciplina para crear y comunicar mensajes y experiencias “interesantes”.
Las disciplinas, la síntesis y la creación se aplican a todo tipo de fines (la mayoría de las veces, superficiales e inútiles), pero cuando van acompañados del sentido de respeto y de la ética, superan nuestro ámbito directo de trabajo y conectan con la comunidad. Por eso parece claro que el “oficio de diseñar” tiene que ver, antes que nada, con los objetivos y los valores.
Diseñar responsablemente y para el futuro “deberá ayudar a más personas a comprender las mejores cualidades de los mejores seres humanos”.
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(1) Howard Gardner, Las cinco mentes de futuro. Un ensayo educativo. Barcelona, Paidós Ibérica, colección Asterisco, 2005
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