martes, 10 de junio de 2008

Hacia una anarco-práctica del diseño



************************
Imminent Rebellion #9
(New Zealand)
************************

Por Jared Davidson

El diseño gráfico ha sido y sigue siendo, en esencia, un instrumento para el “embellecimiento”, la comunicación y mercantilización de un conjunto de ideas y productos dentro de los diferentes principios de nuestra relaciones sociales y económicas. Por desgracia, es justo decir que esta herramienta creativa es utilizada principalmente con un sentido eminentemente económico / comercial consciente o inconscientemente para explotar, y para elevar los márgenes de beneficio y la riqueza material de una clientela muy selecta.

Si bien el diseño gráfico también presta sus servicios fuera del ámbito comercial como una actividad informativa y comunicativa, y en el ámbito académico con una mayor presencia de la autoría. El papel primordial del diseño gráfico como medio es servir de instrumento a los intereses de los poderosos; es un generador de ventas, siendo su ocupación convencer a los consumidores. Así, mientras el mundo académico propone un diseño poético apoyado en las virtudes del grafismo y el lenguaje visual, el diseño profesional “de la industria” reconocer su papel de potenciador del consumo y por lo tanto del capitalismo. Sin diseño gráfico aquellos que propician los males de la sociedad no tendrían cara, ni identidad visual, no serían un punto de referencia, y lo que es más importante, no tendrían efecto alguno.

Si bien se reconoce (en la tradición libertaria) que ningún diseñador, grupo, institución o gobierno tiene derecho a definir el papel que debería desempeñar el diseño gráfico, sería importante estudiar y fomentar las prácticas de diseño alternativo en un intento de contrarrestar la posición que la explotación ha incrementado en forma consciente. Analizar las capacidades que son inherentes al diseño y los diseñadores, y proponer otras prácticas que contrarresten las ideologías actuales. La sociedad necesita otros modos alternativos de organización social, y debe explorar el espacio exterior periférico de publicidad; un espacio totalmente desprovisto de cualquier uso comercial -o más específicamente, un movimiento hacia un mundo más humano y una sociedad libre, es decir, una existencia más autónoma basada en la autogestión, ayuda mutua, la solidaridad y la participación directa en los asuntos. A medida que aumente el potencial productor, educador, organizador y visual frente a los cambios sociales, el diseño gráfico puede gestionar su futuro con elementos de creatividad más importantes y apremiantes que aquellos que se refieren a las cuotas de mercado, los márgenes de beneficio y las tasas de consumo.

Es interesante darse cuenta de la potencialidad que tiene el diseño gráfico dentro el actual sistema capitalista. Empresas, y del mismo modo, gobiernos han aprovechado los poderosos e inigualables recursos del marketing aplicados al diseño gráfico. El “mejor diseño” va de la mano con las empresas y ha marchado un futuro consumista. Y no es de extrañar el papel creciente del diseño gráfico publicitario como un lacayo que afecta nuestro entorno mental, visual y físico.

En 1964, y nuevamente en 2002, estas preocupaciones fueron presentadas en forma de manifiesto en “Lo primero es lo primero”, que fue firmado por diseñadores, fotógrafos, artistas visuales y profesionales interesados en redireccionar sus habilidades hacia una profesión y un mundo más viable y útil. "Sin precedentes ambientales, sociales y culturales de esta índole, esta situación de crisis exige nuestra atención… las causas benéficas y otros proyectos de diseño de información requieren urgentemente nuestra experiencia y apoyo." Es una llamada para ejercer un cambio en las prioridades del diseño gráfico, donde los firmantes del manifiesto han reconocido el potencial de sus capacidades para ayudar en las causas humanitarias. Este paso, pequeño y provisional, hacia una "reforma" visual es realmente importante. Pero independientemente de qué las ideas presentadas en estos documentos fueron tan sentidas y sinceras, es necesario hacer una crítica a sus declaraciones en términos más radicales.

Si bien propone "una inversión de prioridades en favor de las formas de comunicación más útiles, duraderas y democráticas”, el manifiesto se queda corto en el reconocimiento de cualquier tipo de bienes y cambio radical. El manifiesto Lo primero es lo primero no puede reconocer que el consumismo 'sin' y 'sin control' que desea fomentar está tan arraigado en el sistema que exigiría una transformación de las prioridades sociales, las estructuras y organizaciones para conseguir un verdadero cambio social. Proponer el cambio de prioridades dentro del sistema más que el desplazamiento del propio sistema -como la historia ha demostrado en los dos estados: socialismo democrático y la farsa de la democracia parlamentaria - no hará nada más que conseguir unas insignificantes victorias, mientras que la verdadera batalla queda sin jugarse. El hecho de que la globalización desenfrenada y totalitaria de la hegemonía corporativa vaya de la mano con el sistema actual es la verdadera cuestión sobre la que los diseñadores gráficos deberían ser interrogados. "El sistema representativo, lejos de ser una garantía para el pueblo, por el contrario, crea y protege la continuación de la existencia de una aristocracia gubernamental contra el pueblo." Con esto en la mente, proponemos que se estudie el papel de los diseñadores gráficos (si lo hubiera) en un sentido revolucionario, y la acción directa hacia la transformación de la sociedad, en términos específicamente anarquistas.

"Se dice que una sociedad anarquista es imposible. La actividad artística es el proceso de realización de lo imposible."- Max Blechman,"Hacia una estética Anarquista".

Las ideas básicas del anarquismo han sido mal divulgadas, mal interpretadas y mal entendidas a lo largo de su existencia. Su perspectiva humanista y libertaria estuvo siempre empañada por algunos actos violentos cometidos a finales del siglo XIX, incluidos los asesinatos y el terrorismo dirigido hacia el Estado y sus dirigentes. Estos actos ensucian sus verdaderos valores como la lucha contra la postura autoritaria, sin embargo, sus teorías siempre se han asociado con el caos y el desorden.

Anarquismo, o socialismo libertario, es la preocupación - ya sea social, política o histórica - de los seres humanos que viven, interactúan y luchan por unas condiciones más justas, equitativas, implicadas y, en última instancia, libres de todo tipo de explotación, ya sea económica o política, capitalista o comunicativa. "Una equivocada, o con mayor frecuencia, deliberadamente incorrecta interpretación afirma que la concepción libertaria significa la ausencia de toda organización. Esto es totalmente falso: no es una cuestión de «organización» o «antiorganización», sino de los principios de organización… por supuesto, para los anarquistas la sociedad debe organizarse. Sin embargo, debe establecerse libremente, socialmente, y, sobre todo, desde abajo.

La idea de formas de organización no-jerárquicas es fundamental para el socialismo libertario, sólo a través de la acción directa y la auto-gestión se consigue una completa emancipación en nuestras vidas diarias y las decisiones que entrañan.

Estas ideas están lejos de ser utópicas, su potencial nos llevaría a creer en una política donde los "representantes" deben responder con eficacia nuestros muchos deseos y necesidades como individuos y comunidades. Por lo tanto el anarquismo no es un sistema social fijo, sino más bien una clara tendencia en la evolución histórica de la sociedad, que, en contraste con la tutela intelectual de todos los oficinistas y las instituciones gubernamentales, se esfuerza en el desarrollo del libre desenvolvimiento de la vida, sin trabas, de todos los individuos y las fuerzas sociales. Para los anarquistas, la libertad no es un concepto filosófico abstracto, sino una posibilidad concreta vital para todo ser humano, que le permite llevar a pleno desarrollo todas las facultades, capacidades y talentos con los que la naturaleza le ha dotado a él / ella como individuos y ellos como agentes del espacio social.

Sería un error ver a este texto como una especie de plan de acción anarquista para elvdiseño. No se trata de un manifiesto. Tampoco es la justificación para utilizar el diseño gráfico como una herramienta para especialistas, ni como una profesión elitista que utilice sus recursos para la «ayuda» del cambio social. Como escribió Proudhon a Marx, "No hagamos nosotros los dirigentes ejercicio de una nueva intolerancia. No nos presentemos como los apóstoles de una nueva religión, aunque se trate de la religión de la lógica, de la razón." Y aunque hay un lugar definido para el diseñador gráfico como activista, los diseñadores no deberíamos equivocarnos tratando de ir a la vanguardia dirigiendo, sino acompañando a la sociedad en sus cambios y evolución.

*****************************
Traducción libre de un texto
de Jared Davidson
publicado por Rebel Press
*****************************

No hay comentarios: