viernes, 4 de enero de 2019

Auschwitz


Crónica Post-industrial
(Cracovia, diciembre de 2018)

El nacionalsocialismo más que una ideología fue una miscelánea delirante, un experimento monstruoso. Justo por esta vocación experimental y residual se convierte en una de las máximas referencias de la Sociedad Espectacular.

Planeta Auschwitz
El régimen nazi puede llegar a convertirse en ominosa y perversa parodia/metáfora de la era post-industrial o de la Sociedad Espectacular. […] En el campo polaco de Belzec se hallan unas instalaciones bautizadas com Fundación Heckenholt. En realidad eran cámaras de gas donde se asfixiaba al personal con el humo que producían varios motores diesel a pleno rendimiento y Heckenholt… era el apellido del mecánico encargado del mantenimiento de los motores. También esa macabra parodia/metáfora de nuestra era la encontramos, por ejemplo, en el planteamiento nazi del ser humano como mercancía, pura y dura. O más que del ser, del cuerpo humano. Somatocentrismo…

Mujer objeto
(Fragmentos de la correspondencia de la I.G. Farben con el campo de concentración de Auschwitz)
–Con el fin de experimentar un nuevo somnífero, desearíamos que nos suministraran cierto número de mujeres.
(…)
–Hemos recibido su oferta, pero consideramos que 200 marcos por mujer es un precio excesivo. No tenemos intención de pagar más de 170 marcos por cabeza. Si les conviene, estamos dispuestos a quedarnos con las mujeres. Necesitamos aproximadamente 150.
(…)
–Tomamos buena nota de su conformidad. Prepárenos 150 mujeres en las mejores condiciones posibles de salud y, tan pronto como les convenga, pasaremos a recogerlas.
(…)
–Hemos recibido el pedido de 150 mujeres. Pese a su delgadez, hemos encontrado su estado satisfactorio. Les tendremos al corriente del desarrollo de la experiencia.
(…)
–Realizadas las experiencias. Todos los sujetos han muerto. En breve nos pondremos en relación con ustedes para un nuevo envío.

Reciclaje/Merchandising/Burocratización
«(Circular de la Oficina Central SS para la economía y la administración)
Objeto: Utilización de los cabellos.
El jefe de la Oficina Central SS para la Economía y la Administración, SS Gruppenführer Pohl ha ordenado recuperar los cabellos humanos en todos los campos de concentración. Los cabellos humanos serán transformados en fieltro industrial, después de hilados y bobinados. Alisados y cortados, los cabellos de mujer permiten fabricar zapatillas para las dotaciones de submarinos y protectores para la autopista del Reich.
Se ordena, por consiguiente, conservar, tras haberlos desinfectado, los cabellos de los detenidos de sexo femenino. Los cabellos cortados de los detenidos de sexo masculino no pueden ser utilizados más que a partir de una longitud de 20 milímetros. Por ello, el SS Gruppenführer Pohl da su conformidad para que a título experimental los cabellos de los detenidos se sexo masculino no sean cortados más que cuando alcancen, tras su corte, una longitud de 20 milímetros.
Con el fin de evitar las facilidades de evasión que ofrece una cabellera más larga, los detenidos deberán ser marcados, cuando el comandante lo estime necesario, mediante una franja de cabellos cortados al rape. Se tiene la intención de utilizar el pelo reunido en todos los campos de concentración en una empresa instalada en uno de los campos. Se enviarán instrucciones más detalladas para su entrega. La cantidad recogida mensualmente (de hombres y mujeres por separado) debe serme comunicada antes del 5 de septiembre de 1942.»
Firmado: Glucs, SS Brigadenführer y General de la Waffen SS

Estos usos apuntan el tránsito de lo industrial a lo post-industrial y el estatuto del cuerpo como territorio experimental, entre otras cosas. En realidad, el campo de concentración no sólo era un remedo del imaginario urbano nazi, sino que acabó siendo parte integral del sistema económico alemán. En Dachau la ropa de los gaseados era devuelta a una compañía privada cuyos accionistas eran oficiales SS que reciclaban y reparaban la ropa utilizando como mano de obra a prisioneros no retribuidos, revendiéndola luego al almacén de vestuario del campo para que fuera usada por otros prisioneros. Círculo vicioso.

Miguel Ibáñez (2000). Pop Control. Crónicas post-industriales. Ediciones Glénat, Barcelona, pag 23-28.

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