domingo, 28 de abril de 2019

PHzine o "el diseño como acción pública abierta"


Diseño como acción / hacia una ética del diseño

Cuando se quiere evaluar la eficacia de los objetos o imágenes de nuestro mundo diseñado, o si los participantes en una interacción quieren que su comunicación tenga éxito, tendíamos que pensar ambas situaciones (que en realidad es una sola) con respecto a cuatro dimensiones: inteligibilidad, verdad, rectitud y veracidad, dimensiones que son las que Habernas denomina reclamos de validez o pretensiones de validez de los actos o de las acciones comunicativas y que son construidas por los sujetos participantes, aunque sea de una manera implícita, pero pueden plantearse o cuestionarse o discutirse explícitamente. Se satisfacen esos cuatro reclamos de validez, primero, cuando lo que se dice es inteligible o comprensible (que es el mínimos requisito que deben cumplir), o sea, que lo que se dice debe ser significativo, y para ello todos deben compartir el mismo lenguaje y  tener un conocimiento suficiente de sus aspectos particulares para mantener la comunicación. Si digo algo que el otro no entiende, para mantener la comunicación necesito ser capaz de hacer una paráfrasis para que lo entienda. Segundo, cuando su contenido es verdadero, su hay correspondencia con respecto a los contenido objetivos del mundo. Tercero, por el hecho de que al hacer un enunciado se inicia una relación social, todos necesitan concordar que quien habla tiene el derecho de decir lo que dice, puesto que, cono se dijo antes, comunicarse no es sólo usar correctamente las palabras, incluso no trata solamente de decir algo significativo y coherente, sino que también debe respetar las convenciones que establecen cuándo y dónde decir lo que se dice, ya que algunas veces ciertas expresiones son inapropiadas o simplemente prohibidas. Finalmente, quien dice algo,  debe hacerlo de manera sincera, sin intenciones de engañar. En resumen, cuando digo o hago algo, afirmo de modo más o menos implícito acerca de la naturaleza del mundo que me rodea, de mi derecho a hacerlo, de mi estado subjetivo y de la coherencia de lo que estoy haciendo o diciendo. De la misma manera, el oyente asume que lo que digo sobre el mundo es correcto, que tengo derecho a expresarlo, que soy sincero, y que lo que digo tiene sentido. Sin estos supuestos, no hay comunicación ni interacción.

González Ochoa, César (2015) El diseño como acción. Hacia una ética de la actividad proyectual. Manizales - Colombia: Editorial Universidad de Caldas. p. 178-179

PHZINE FEST por TOGUCHI & NAGUCHI PRESS
La noche de los fanzines / Central de diseño-Matadero Madrid

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