«Así, se está empujando al electorado hacia posiciones extremas, o incluso promocionando representantes demagógicos, con objeto de volver a crear un sistema que escuche a la gente y a sus problemas –cosa que ya no se hace– un sistema que llene el vacío mediante una falsa transparencia que la mayor parte de las veces conduce a la demagogia.»
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Miguel Meyer (1996). La insolencia. Ensayo sobre la moral y la política. Ariel, Barcelona.
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